11 de mayo de 2009

Cristian Castro toma la vida con optimismo



Castro se divorció el pasado 14 de abril de su segunda esposa, Valeria Liberman
El cantante comentó que no tiene ganas de volver a casarse

SAN JUAN, PUERTO RICO.- El cantante Cristian Castro, quien se encuentra en Puerto Rico promocionando su nuevo disco El culpable soy yo, afirmó que no se volverá a casar, tras cerrar recientemente el capitulo de su segundo divorcio. “No me vuelvo a casar. Es una telenovela el explicarle a la gente nuestras intimidades. He tenido otras intimidades y no me he casado. No quiero volverlo a hacer porque creo que herí al público”, expresó Castro en San Juan.

Castro se divorció el pasado 14 de abril de su segunda esposa, la abogada argentina Valeria Liberman, tras cinco años de matrimonio y con quien tuvo a Simone y Mikhail Zaratustra.
El primer enlace matrimonial del artista fue con la modelo paraguaya Gabriela Bo, de quien se divorció en julio de 2004.

El intérprete de Azul, Ángel y Yo quería recordó que intentó con “gran optimismo” regresar con Liberman, pero confesó que se precipitó y que no escuchó “los consejos” de su familia. “Me puse terco. Quise llevar el plan a cabo rápido, de una forma impulsiva, (pero) aprendí. Ahora quiero construir una relación. No es venir y decir que me voy a casar en un mes. No habían lazos reales o verdaderos”.

Castro, quien dijo el reciente divorcio ha sido “más fuerte” por sus dos hijos, admitió que quiso la separación “en ambas relaciones” porque no se sentía “contento”. “Si fuera por ellas, estaríamos juntos de seguro. (Pero) Yo quise terminar y sabía que era un despecho. Era de esperarse. Sabía que no se iban a quedar con los brazos cruzados”.

Cura las heridas

Por otra parte resaltó que ahora, con su nuevo disco, el cual contiene temas como En este bar, Ten valor, Mi bien amada y yo, Nuestra verdad y No me engañes al amor, dijo que siente una “evolución” y “un momento importante de renacer”. “Es una etapa de cerrar un capítulo y abrir otro. Siento una nueva energía dentro de mí, de optimismo, alegría y reflexión de lo que he vivido, y de madurez sentimental”.

El artista dijo además que “siempre” es “melancólico” y que le gusta “el desequilibrio y el precipicio”. “Necesito la turbulencia, porque el cantante sólo puede crear en su turbulencia. A través de ella, uno se reinventa. Siempre hay esa caída en ese ajuste”.

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